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Conoce tu pueblo, Imizcoz (2)

Segunda parte del artículo del número 38 de la revista de la Cofradía de Sta. María de Roncesvalles, dedicado a Imizcoz.

Conoce Imizcoz: orígenes

El origen del poblado y de su parroquia se pierden en la penumbra del tiempo: nunca sabremos quién y cuándo se edificó la primera casa, ni quién fue el primero que se bautizó en su pila bautismal, ni cuándo se celebró la primera misa en Imízcoz.

La primera vez que el nombre de Imízcoz aparece en la historia es en el año 1262. Una mujer dona al Hospital de Roncesvalles varias heredades que poseía en Burguete. Entre los testigos de la donación aparece Lope y su hijo Zabiel, de Imízcoz. Hay otro documento en Roncesvalles, del año 1309, en el que se reconoce que las rentas y provechos de los collazos de Imízcoz pertenecen a la Real Casa; los collazos eran unos siervos de ínfima categoría, casi rayando la esclavitud.

La terrible epidemia de peste del año 1348, en la que murió más de la mitad de la población del Reino, no debió afectar demasiado a Imízcoz porque unos años después se hace el primer censo de población de Navarra (año 1366) e Imízcoz contaba cinco fuegos (hogares), de los cuales uno era hidalgo; sin duda, era el futuro Palacio de Imízcoz, cuyo escudo de armas aparece en el Libro de Armería del Reino.

A partir del año 1600 podemos seguir, paso a paso, la historia y evolución del pueblo. Para ello contamos con un instrumento precioso como son los libros del Archivo Parroquial; en Imízcoz comienzan el año 1600 y desde entonces están cuidadosamente anotados todos los bautismos, confirmaciones, casamientos y defunciones que ocurrieron en el pueblo; los libros de difuntos traen noticias a veces muy interesantes sobre los difuntos en epidemias, guerras, accidentes…

En cambio no han tenido tanta suerte los libros parroquiales que no son sacramentales, como el libro de cuentas de la iglesia, diezmos y primicias, cofradías, matrícula, fundaciones, etc… éstos se han perdido, mientas que los sacramentales están guardados para mayor seguridad en el Archivo Diocesano, aunque la parroquia sigue siendo propietaria de los libros.

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